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LUÍS    DE TRELLES
 
SANTO Y APÓSTOL, TEÓLOGO Y TROVADOR DE JESÚS SACRAMENTADO

Centenario de la 1ª vigilia en Marchena

 

                               

 

PREGÓN DEL CENTENARIO DE LA PRIMERA VIGILIA DE LA ADORACIÓN NOCTURNA CELEBRADA EN MARCHENA EN LA NOCHE DEL 12 AL 13 DE SEPTIEMBRE DE 1908.

 

INTRODUCCIÓN:

 

Buenas tardes, mis queridos amigos:

 

Antes de comenzar y fuera de programa he de decirles que me encuentro muy emocionado, no solo por la presentación de José Pastor que acusa el afecto que me tiene cuando dice de mí palabras tan generosas como exageradas.

 

Lo que dice es verdad, pero no me reconozco en lo que dice. No le hagan demasiado caso. Gracias Pepe.

Estoy emocionado porque me encuentro en el lugar donde se inició, hace cien años, la Adoración Nocturna en Marchena.

Espero que la emoción no atenace mi garganta y me deje sin la poca voz que me queda.

Dicho lo cual comienzo mi exposición:

Los actos de la Adoración Nocturna se inician, siempre, con el mismo ritual:

 

Adoración al Santísimo Sacramento.

Salutación a la Virgen.

Invocación al Espíritu Santo.

 

Así se ha hecho hoy.

 

Siguiendo el rito nos hemos unido, espiritualmente, con aquellos que propiciaron la primera vigilia en Marchena.

 

El Espíritu Santo conduce la barca de Pedro en la que todos, por la gracia de Dios, vamos navegando.

 

Aquellos pioneros justificaron, proféticamente, nuestra presencia en este acto. Gracias le sean dadas por siempre a Jesús en la Eucaristía.

 

Por ello debo decir:

 

Es Jesús Sacramentado

Fuente de amor y concordia,

¡Celebrando lo esperado!

Ante el sagrario, inclinado,

Adelanto de la gloria

¿Qué celebramos?

Algo sencillo y sublime a la vez: La noche del 12 al 13 de Septiembre se cumplen ¡100 años!  Un siglo, desde  que, un grupo de señores, celebró en Marchena la primera vigilia de la Adoración Nocturna.

Para recordar la efeméride, los adoradores actuales han organizado diversos actos que queden para siempre en el recuerdo:

El cartel conmemorativo, presentado hace días en San Agustín,  describe con extrema sensibilidad el motivo que nos reúne.

La semilla que se plantó en Marchena, hace ¡Un siglo! Aquella semilla, digo, plantada con fe, regada con esperanza y labrada con amor, ha ido produciendo cosechas y nuevas semillas. Hoy estamos en plena germinación.

D. Luis de Trelles, nuestro fundador, lo decía: “Hay en las prácticas, como en las ideas piadosas, períodos de siembra, de germinación, de crecimiento y de desarrollo como en las plantas”.

En 1877, la 1ª semilla, se siembra en Madrid, luego, en Zaragoza, Valencia, Lorca, Murcia. En Enero de 1883 germina en Sevilla y en Mayo de ese mismo año, en Málaga.

Poco a poco se va roturando y sembrando. La gracia de Dios fertiliza la tierra y el número de adoradores  se extiende por toda España.

Marchena recoge los frutos de las siembras en otros lugares de España y en Septiembre de 1908 se une a ese coro adorador.

Pido al Espíritu Santo ilumine mis palabras, las transforme en oración ferviente y enciendan en vuestros corazones vivos sentimientos eucarísticos. Por ello me atrevo a decir:

ADORAD Y DAD GRACIAS al Señor, Adoradores marcheneros,  porque habéis cumplido 100 años de Adoración Nocturna.

Y estamos alegres, rebosa nuestra alma de agradecimiento al Señor y esperamos continuar adorándolo siempre, mientras el Señor nos comunique un hálito de vida”.

Pero ese adorar debe ser: Recogido, cuidadoso con el rito, reposado, amante y silencioso cuando el silencio sea requerido. 

 

Hemos de huir de la rutina, de cuyo peligro nos advierte  Trelles:

 

Por eso, [nos dice] cuando el adorador nocturno hace la genuflexión en la presencia del Señor de una manera casi irrisoria; recita los versos del oficio con precipitación, mantiene la mirada distraída, el ademán poco respetuoso, la actitud de poco recogimiento y en todo denota cansancio, distracción, prisa, y cierto deseo de salir pronto de la inmediación del trono eucarístico, se puede decir que ese adorador no ama y que está retenido entre nosotros por algún miramiento o consideración dignos de mejorarse”.

Debemos meditar, seriamente, esas palabras de Trelles y obrar en consecuencia

Sigamos. Al iniciar este acto me viene a la mente las palabras de Juan Pablo II en la encíclica Eclesia de Eucharistia. “Desde que, en Pentecostés, la Iglesia, Pueblo de la Nueva Alianza, ha empezado su peregrinación hacia la patria celeste, este divino Sacramento ha marcado sus días, llenándolos de confiada esperanza”.

 

Y por que estoy marcado por esa señal me encuentro aquí, ante ustedes, pregonando el centenario de la primera vigilia, ante Jesús Sacramentado, celebrada en Marchena con el carisma que el siervo de Dios Luís de Trelles, infundió a la Adoración Nocturna.

Cuando me ofrecieron participar en los actos que celebramos acepté de inmediato ¿Quién podría  rechazar tal honor de pregonar tan fausto acontecimiento?

¿Qué adorador resistiría al inmenso privilegio de proclamar, públicamente, al Santísimo Sacramento?

 

Es por ello por lo que, este año tiene, para mí, especial relevancia. He pregonado el 125º aniversario de la 1ª vigilia celebrada en Málaga y me honro en pregonar el centenario de la de Marchena.

Conviene al motivo de nuestro pregón decir algo de José Pastor y de su esposa Mª Teresa, porque son dos profundos conocedores de la obra de Trelles. Su dedicación al estudio de su figura eucarística, ha producido sus frutos.

Frutos no crematísticos, claro, sino intelectuales y espirituales concretados en tres libros publicados por la Fundación “Luis de Trelles” y cuyos títulos son:

 

-            -  La Espiritualidad de Trelles.

-           - - El espíritu de los Ritos en la AN.

-     La Senda Eucarística de Perfección Seglar.

-      Y un cuarto, inédito que habla de la religiosidad de Trelles.

 

Libros cuya lectura recomiendo.

Adentrándose en sus páginas se descubren las esencias, las  virtudes y las razones por las cuales hoy estamos aquí.  

Por esas cosas misteriosas de la fe aquí estoy, en la noble ciudad de Marchena, esta esplendorosa mañana acariciada por el sol marchenero, proclamando y agradeciendo que Jesús, en la noche del primer Jueves Santo de la historia, quiso quedarse en el pan y en el vino transformándolos en su Cuerpo y en su Sangre para que sean verdadera comida y bebida de salvación.  

Y como los números dotan a las cosas de un alto grado de significación, así con las fechas: Bodas de plata, de oro, de platino, de diamante, etc. El centenario se presta a rememorar la historia pasada.

100  es un número redondo. Expresado en años conforman un siglo ¡Un siglo adorando al Santísimo Sacramento bien merece un alto para la reflexión!

Como muy bien se sabe y antes he recordado, la Adoración Nocturna se inicia en España con la primera vigilia celebrada en Madrid el 3 de Noviembre de 1877. 31 años antes que esta de Marchena.

Aquellos tiempos eran convulsos. Había grandes dificultades para reunirse. Trelles, con gran perspicacia y habilidad, busca los buenos auspicios de Juan de Montalvo, amigo de Cánovas, malagueño y Presidente del Gobierno.

Montalvo solicita el permiso, imprescindible para la reunión y le es concedido de inmediato. Blanco-Oms, biógrafo de Trelles, dice:

 “D. Luís tuvo la humildad necesaria para abandonar el escenario y permanecer oculto tras las bambalinas. Esto es, Trelles cede el puesto de primer actor a un representante, Montalvo,  y con ello la gloria y el reconocimiento de la posteridad”.

Es a partir del Centenario de su muerte, cuando se abre el proceso de beatificación, se restaura la memoria y cada cual ocupa el puesto que por méritos le corresponde.

La Lámpara del Santuario fue una revista fundada  por Luis de Trelles como órgano de difusión del Culto Continuo y después de la Adoración Nocturna. En ella fue desgranando las orientaciones espirituales a los asociados.

Durante 21 años fue prácticamente su único redactor y a su muerte, siguió publicándose por el Consejo Nacional de la Adoración Nocturna.

Pero volvamos a Marchena. Como decía, en la noche del 12 al 13 de Septiembre de 1908, en esta parroquia de San Juan Bautista, según cuenta la Lámpara del Santuario de ese año [en su página 266 y siguientes,]

después de cuatro años de incesantes trabajos, allanando dificultades, salvando obstáculos y venciendo el quietismo a que por lo general estamos acostumbrados, consiguió llevar a feliz término el magnífico espectáculo de la inauguración de la Vigilia a Cristo Sacramentado”.

Según consta en mis notas, el nacimiento de la sección de Marchena fue acompañado por las de Sevilla, Paradas y Sanlúcar de Barrameda y presidida por el Obispo de Madrid-Alcalá, hijo predilecto de Marchena.

Se procedió, como es de ritual, a la bendición de la bandera ante quien juran los nuevos adoradores. Los antiguos, desfilan ante ella y con unción, la besan.

El canto del Sacris Solemnis acompañó  a la procesión formada por dos filas de adoradores encabezada por la bandera, cuyo lema reza: “Sacramentum pietatis”, Misterio de piedad. “Signum unitatis”, signo de unidad en la fe y por la fe “Vínculum Charitatis”, Lazo de amor.

Las frases del lema de la bandera sirvieron al sacerdote jesuita, Padre Tarin,  para desarrollar su cátedra sagrada.

A las doce y media de la noche se cerraron las puertas del templo para proceder a los turnos de vela.

A las cuatro de la madrugada se abrieron de nuevo las puertas. La Iglesia se llena de fieles, para asistir a la Misa solemne y el acercamiento de los fieles a la Sagrada Mesa.

Concluida la Santa Misa se continuó con la procesión del Santísimo acabando con la Bendición de S.D.M.

En recuerdo de aquellos instantes me permito proclamar:

ADORAD al Señor, Adoradores que celebráis el centenario de la fundación en Marchena de la Adoración Nocturna. Alegraos por las más de mil noches que habéis acudido a velar y  adorar a Jesús  en los sagrarios de nuestra iglesia. Alegraos también  porque vuestra adoración durará siempre, nunca se acabará”.

Hemos hablado genéricamente del acto fundacional pero:

¿Quién constituía el grupo fundador?

Lo formaban 53 Socios Fundadores, toda una marca y puede ser un buen objetivo para los tiempos actuales.

Una pregunta viene a la mente:

¿Cómo se generó en aquellos años un grupo de 53 hombres para adorar de noche al Santísimo Sacramento?

Como ya he reseñado, varios años hubieron de transcurrir para que se dieran las circunstancias apropiadas para el inicio de la sagrada empresa.

El entonces párroco de San Juan debió recibir frecuentes peticiones de cristianos devotos conocedores de la Adoración Nocturna de otras localidades próximas, incluso de la propia Sevilla.

D. Juan Montero Morilla, entonces párroco de la de San Juan, se dirigió al Sr. Arzobispo D. Enrique Almaraz quien, en escrito de 15/7/1908, se hace eco de su petición y “concede su bendición y licencia para que pueda establecerse en aquella iglesia la Adoración nocturna al Santísimo Sacramento rigiéndose por el reglamento recibido y aprobado en otras iglesias  de nuestro arzobispado”.

Por el mismo escrito concede “cien días de indulgencias”, nombrando Director espiritual de la asociación al párroco.

La Lámpara del Santuario, a la que antes me referí, reseña los nombres de algunos de los primeros adoradores.

El boletín “Adoración” de Septiembre de 1958 año del cincuentenario, publica la relación de los fundadores que encabeza, con el nº 1, el Consiliario fundador: D. Juan Montero Morilla y con el nº 4 el primer presidente de la sección D. Francisco de Andrada Wanderwilde Pérez de Vargas.

La lista de las 53 personas que vivieron la vigilia inaugural en la noche del 12 al 13 de septiembre es de lo más variopinta.

Parecería exagerado evocar, uno a uno, los 53 adoradores pioneros en la aventura adoradora marchenera; su reseña alargaría, innecesariamente, este pregón.

Sin embargo, me ha parecido obligado citar, al menos como ejemplo, los nombres del Consiliario y Presidente fundadores. A lo que no renuncio es a exponer la estadística de las profesiones de los primeros asistentes:

Figuran:

 

4 presbíteros

1 Diácono

2 sacristanes

1 Sochantre (Director de coro)

4 Propietarios

7 labradores

3 abogados

2 Procuradores

1 Maestro de 1ª enseñanza

7 Empleados

2 albañiles

1 Cantor

2 Criados domésticos

1 Blanqueador

1 Estudiante

1 Registrador

2 Notarios

5 Comerciantes

1 magistrado

5 Sin oficio reseñado

 

Total 53 adoradores

Haciendo el recuento de las profesiones de los pioneros de Marchena, me preguntaba ¿Qué nexo de unión puede haber entre personas de tan variada extracción social y profesional? Sólo puede ser de índole espiritual porque es la fe cristiana quien proporciona la espiritualidad que aproxima y nivela a la personas.

El papa Benedicto en la homilía del pasado Corpus en San Juan de Letrán se refiere a ello cuando afirma: “Pasa por la mente otra famosa expresión de Pablo: "ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús" (Gálatas 3, 28). [Y exclama en voz muy alta] "¡Todos vosotros sois uno!". [Y continúa]: En estas palabras se percibe la verdad y la fuerza de la revolución cristiana, la revolución más profunda de la historia humana, que se experimenta precisamente alrededor de la Eucaristía: aquí se reúnen en la presencia del Señor personas de diferentes edades, sexo, condición social, ideas políticas. La Eucaristía no puede ser nunca un hecho privado, reservado a personas escogidas según afinidades o amistad.”

Estas palabras del Papa se entroncan con estas otras de Trelles que expresan el sentido de la revolución cristiana:

la Adoración Nocturna es el cielo abierto a la devoción eucarística y sus frutos son capaces de cambiar la faz de una nación y, pasando de una a otra, de convertir el mundo de pecador en creyente, de frío y casi muerto en la fe en fervoroso y devoto adorador”. (L. de Trelles, Lámpara del Santuario, tomo X, pág. 90).

La centralidad de nuestra fe está en la Eucaristía, Sacramento de Amor, Entrega y Sumisión. Es la Eucaristía la que nos asimila a todos en Jesús Sacramentado.

Esa fe eucarística es la que conduce los esfuerzos que concluyen en la primera reunión del grupo fundacional que tiene lugar en esta iglesia de San Juan. Por eso. En el mismo lugar donde se inició aquella escena os digo:

 “ADORAD al Señor, Adoradores Nocturnos que, en la noche del 12 al 13 de Septiembre de 1908, bajo la dirección espiritual del primer consiliario D. Juan Montero Morilla  y la atinada mano  del presidente  fundador,  D. Francisco Andrada Wanderwilde y Pérez de Vargas,    sembrasteis el grano de mostaza del que brotó la Adoración Nocturna marchenera”.  

 

Unas palabras sobre La marianidad de la Adoración Nocturna:

 

En ella, está grabada a fuego la devoción mariana. Adoración eucarística y devoción mariana  constituyen la ecuación de nuestro ser adorador. En razón de ello y como síntesis de esa devoción me permito unos versos de Gabriel y Galán en honor a la Inmaculada:

 

Sol del más dichoso día,

vaso de Dios, puro y fiel;

¡Por Tí pasó Dios, María!

¡Cuan pura el Señor te haría

para hacerte digna de Él!

 

¿Qué más decirse podría

en tu alabanza y loor,

después de decir que un día

fuiste sin mancha, ¡Oh María!

la Madre del Redentor?

 

Hecha esta afirmación mariana  nos preguntamos:   

 

¿Qué posibilidades tiene nuestra Asociación en este mundo actual?

Como hemos dicho, la Adoración Nocturna fue fundada, en la segunda mitad del siglo XIX, por Luis de Trelles, un laico y está compuesta y dirigida por laicos, bajo la autorización del Obispo, atendida espiritualmente por el sacerdote quién celebra la Misa, les acompaña en la oración y deja a los adoradores, en prenda, para su reparación, a la Eucaristía.

La constitución Lumen Gentium, del Concilio Vaticano II, proclama la misión de los laicos en la Iglesia:

 “Así, pues, a todos los laicos les incumbe la hermosa empresa de colaborar en que el plan divino de salvación alcance más y más a todos los hombres de todos los tiempos y de toda la tierra.

Trelles adelanta, en casi un siglo, lo que proclamó la Lumen Gentium al constituir en España un grupo de oración, formado por seglares, que reza ante el Santísimo expuesto, la oración de la Iglesia y que reserva para la intimidad la mitad de la hora de vela y así, el alma del adorador, entra en un diálogo fecundo con el Señor Sacramentado.

Lo que parecía oficio de clérigos, la oración oficial de la Iglesia, con las debidas licencias del Obispo del lugar, lo extiende a los laicos que se alimentan espiritualmente del beneficio de esa oración comunitaria.

Trelles es consciente de la necesidad de una catequesis continua, catequesis que va desgranando durante 21 años en la Lámpara del Santuario y que hoy tiene plena vigencia para nosotros adoradores del siglo XXI. Por eso, la fundación “Luis de Trelles”, con fecundo esfuerzo, rescata, ordena y pone a disposición, de los lectores estudiosos,  la abundante producción trellesiana.

Acercarse a ella no solo es un reto sino una obligación.    

Ahora me dirijo, especialmente, a los jóvenes: [No se ven demasiados jóvenes en el auditorio pero os lo brindo para que de viva voz se lo comuniquéis personalmente]:

 “Juventud primavera de la vida” cantaba el Himno de la Juventud de Acción Católica.

¡Jóvenes! buscad en la Eucaristía el reverberar de vuestras inquietudes, reverberación que llevará a vuestra alma la paz y la serenidad.

En el pregón malagueño de su 125º aniversario se decía:

Estamos totalmente envueltos en ruidos de todo tipo:

Ruidos físicos y ruidos mediáticos. Ante tal situación, el cuerpo y sobre todo el espíritu, necesita: Silencio y recogimiento.

Silencio para pensar, silencio para  meditar, silencio para orar y recogimiento para ensimismarse, recogimiento en fin para penetrar en nuestro interior”.

El Papa Benedicto en su encuentro con los jóvenes en Nueva York refrenda esas palabras ofreciéndoles  cuatro consejos para el camino:

Queridos amigos, [les dice], el ejemplo de los santos nos invita, también, a considerar cuatro aspectos esenciales del tesoro de nuestra fe:

 

1.- Oración personal y silencio.

2.- Oración litúrgica

3.- Práctica de la caridad

4.- Las vocaciones”.

 

[Y les va desgranando en síntesis esos consejos diciéndoles]

 

Amigos, no tengan miedo del silencio y del sosiego, escuchen a Dios, adórenlo en la Eucaristía.

Permitan que su palabra modele su camino como crecimiento de la santidad.

Respecto de la liturgia les dice:

En la liturgia encontramos a toda la Iglesia en plegaria. Mediante la liturgia, "la obra de Jesús" entra continuamente en contacto con la historia; con nuestra vida, para modelarla.

Su plegaria personal, sus tiempos de contemplación silenciosa y su participación en la liturgia de la Iglesia les acerca más a Dios y les prepara también para servir a los demás.

Hemos de escuchar atentamente.

Sobre la práctica de la caridad les insiste:

Hemos de responder con una acción social renovada que nazca del amor universal que no conoce límites”.

Y sobre las vocaciones, finalmente les exhorta:

Queridos jóvenes, quisiera añadir por último una palabra sobre las vocaciones. Si no lo habéis hecho, planteaos seriamente si el Señor os pide seguirle de un modo radical en el ministerio sacerdotal o en la vida consagrada".

Pero el Papa Benedicto no solo circunscribe la vocación a la vocación religiosa sino que la extiende a la familia con estas hermosas palabras:

Honremos las vocaciones al matrimonio y a la dignidad de la vida familiar. Deseamos que se reconozca siempre que las familias son el lugar donde nacen las vocaciones

Perdóneseme esta larga cita del Papa. Me parecía necesaria, no solo por el Magisterio de quien las pronuncia sino porque su recomendación a los jóvenes es lo que ofrecen nuestras vigilias.

Eso es lo que brindan nuestros turnos de vela: Unirnos, en la primera parte de nuestra hora, con la oración oficial de la Iglesia, expresión palpable y fiel de la Comunión de los Santos y en la segunda parte la oración meditada y personal, en el silencio y recogimiento.

Y para ir concluyendo. Hasta ahora me he detenido en los qués, los porqués y en los cuándos de esta celebración. 

No nos podemos quedar, como los apóstoles, embobados en la ascensión del incienso del éxito de los fastos que celebramos. Que el ángel no tenga que decirnos: “Varones de Marchena ¿Qué hacéis mirando al cielo?

Hemos de bajar los ojos a la tierra de ahí que me permita sugerir algunas actitudes que den paso a las acciones consecuentes.

Los adoradores de forma personal y en  grupo deberíamos promover ciertas actitudes:  

Actitud divulgativa: El adorador, por serlo, ha de difundir su esencia adoradora; en primer lugar desde su vida diaria que debe ser acorde con la fe que profesa y en segundo lugar actuando en el medio en el que se circunscribe su vida: familia, amigos, trabajo.  

Trelles nos lo recomienda así: “Busca con empeño compañeros para la santa empresa y los hallarás. Si no se encuentran, si no los hay, no por eso, hermano mío, dejarás de ganar el salario del día“.  

Actitud formativa: Que debe adoptar el cristiano en general y el adorador en particular de incrementar su formación intelectual y cultural. 

No sólo la que pudiéramos llamar profana, que es necesaria sino la religiosa.

También se hace imprescindible Incrementar la formación espiritual.

La oración, la recepción de los sacramentos, la preparación de la misa con atención especial a la Liturgia de la Palabra con la lectura previa de las lecturas del día, etc.

Así lo señala el [punto 2 del decreto «Optatam totius»] del Vaticano II que exige: “Una más profunda y progresiva formación de los fieles”.

Actitud orante: Que queda expresada en las palabras del Señor en el Huerto: “Velad y orad” enraizadas en el alma del adorador si su oración no es rutinaria.

Si lo es, si la rutina se apodera de nuestros actos, al no ponerles el alma no dan fruto. Así nos lo explica Trelles:

Dos son las causas de que la oración  no tome esta senda de perfección cristiana que sería capaz de convertir al mundo: Falta de meditación en ella y falta de fe en toda la extensión de la palabra”.

Podemos afirmar, que este texto de Trelles, goza de vigente actualidad.

Actitud adoradora: Ante Jesús Sacramentado, la que motivó al Siervo de Dios, Don Luis de Trelles, a fundar la Adoración Nocturna en España.

Ese espíritu que conserva el crisol de sus enseñanzas comunicado, de generación en generación, a todos los adoradores.

Ese espíritu, columna vertebral de la Adoración Nocturna, que hemos de conservar, mantener y transmitir a las generaciones futuras. Esas actitudes deben originar acciones conjuntas de los adoradores en particular y en conjunción con los turnos, las Secciones y los Consejos Diocesanos.

Así, cuando celebremos otra efeméride semejante, nos podamos alinear con los siervos de la parábola de los talentos que duplicaron lo recibido y rechacemos, de plano, la actitud mojigata de aquel que, por su inactividad y holgazanería, recibió la condena del señor.

Yo estaría hablando horas y horas de la Adoración Nocturna, de su fundador Luis de Trelles y, entreveradamente, de Jesús Sacramentado, pero he de concluir y concluyo:

En estos tiempos donde se escarnece a la Iglesia y los símbolos cristianos son ultrajados. Aquellos que profesamos la fe cristiana y que adoramos a Cristo en la Eucaristía, alcemos la voz en Marchena y  digamos  con el poeta  José Mª Pemán:

 

En el nombre de Dios

 

En el nombre de Dios de los amores

canto la fe que llena el alma mía,

le ofrendo un tributo de poesía

brotado de mis labios pecadores.

 

Ante la faz del mundo, sin temores,

como los hombres de mi raza un día,

yo confieso con firme valentía

la fe que me legaron mis mayores.

 

Y como en ella vivo, en ella adoro;

en ella cifro mi esperanza suma,

mi escudo intacto y mi mayor tesoro;

 

ante esta edad burlona y descreída,

la confieso y la afirmo con mi pluma...

¡Y si fuera preciso, con mi vida!

 ¡MUCHAS GRACIAS!

 

 

 

e-mail:  jpastorvallve@telefonica.net 

 

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